INFLUENCIAS DEL CONTACTO FÍSICO EN EL COMPORTAMIENTO PRO SOCIAL.
( Gómez, L.; Noguera, R.; Perez, S.; Rojas, A.; Setrini, M., 2013)
Universidad
Nacional de Asunción.
Facultad
de Filosofía—Cátedra Metodología de la Investigación.
Asunción-Paraguay.
RESUMEN
El estudio tuvo como propósito establecer la
relación entre el contacto físico y la conducta prosocial. Se estudió la
incidencia del contacto-no contacto físico en un contexto de interacción
verbal, se utilizó un diseño experimental de dos grupos aleatorizados, en donde
la variable dependiente fue la conducta prosocial y la variable independiente
el contacto físico. La muestra estuvo compuesta por alumnos del sexto curso de un
colegio de gran Asunción y el muestreo fue probabilístico aleatorio simple. Los
instrumentos utilizados fueron una caja de bolígrafos y un cuestionario sobre
la Contaminación Ambiental. Los datos
fueron de análisis cuantitativo y analizados a través de la prueba estadística
Chi cuadrado, se utilizó el programa estadístico SPSS versión 15.
Se comparó los efectos de
la variable de contacto físico con la conducta pro social, obteniéndose como
resultado una t = 4,821 (gl= 1, p<0 span="">028) que llevó a aceptar la
hipótesis de investigación. 0>
Palabras Clave: contacto físico, no contacto físico,
conducta prosocial.
- INTRODUCCIÓN
A veces ayudamos a las personas y otras veces no,
Según Bibb Latané y Jhon Darley (1970) consideran que cuando una persona es
testigo de una situación de emergencia, llevar a cabo una conducta de ayuda
depende de una serie de decisiones. El contexto donde se produce una emergencia
influye en la interpretación que se hace la misma. Las personas tienden a
interpretar las situaciones de tal manera que no requiera su intervención o
ayuda. La decisión de intervenir en una situación de emergencia viene
determinada por la percepción de la persona, esto es, que se perciba como una verdadera
emergencia. No obstante, esta es una condición necesaria pero no suficiente,
además de percibir la situación como verdadera emergencia, deberemos considerar
que es nuestra la responsabilidad de ayudar.
Esta decisión de asumir la responsabilidad viene
determinada por el número de testigos que se hayan presentes, a medida que
aumentan los testigos disminuye la percepción de responsabilidad (difusión de la
responsabilidad o efecto espectador). Se entiende por conducta prosocial
toda conducta social positiva con o sin motivación altruista. Positiva
significa que no daña, que no es agresiva. A su vez se entiende por motivación
altruista el deseo de favorecer al otro con independencia del propio beneficio.
Por el contrario, la motivación no altruista es aquella que espera o desea un
beneficio propio además del, o por encima del, ajeno. Como se ve, la definición
incluye un aspecto conductual (alude a conductas) y otro motivacional (González
M, Conducta pro social), es un hecho social y, por tanto, debería ser estudiada
teniendo en cuenta el contexto interpersonal en el que se desarrolla
(Sánchez-Queija, Oliva y Parra 2006). Por otro lado las personas ofrecen
su ayuda no a todas las personas por igual. Los amigos ayudan más rápidamente
que los que no lo son. En un trabajo de Tesser y Smith (1980) mostraron que si
ayudar era meterse en problemas, es menos probable recibir ayuda de un amigo
que de un desconocido. Goodstadt (1971)
se demotró como se ayuda más a las personas que les resultan agradables frente aquellas
que no lo son.
El
estudio de la conducta prosocial, comienza con el trabajo de Rossenthal (1964)
y el caso Kitty Genovese. El 13 de marzo de 1964 la joven trabajadora
Catherine Kitty Genovese
fue asesinada al lado de su residencia en Nueva York. Un crimen bastante
rutinario, si no fuera porque el asesinato duró más de media hora. Kitty
gritaba y pedía ayuda, mientras se movía apuñalada de una puerta a la otra, y
el asesino volvía una y otra vez hasta que la violó y le dio el golpe final,
todo ante la vista de treinta y cinco vecinos que observaban por la ventana.
Finalmente los gritos de Kitty no fueron respondidos por nadie.
Darley y Latané empezaron a
estudiar situaciones de emergencia a partir de los años 60, descubriendo así,
el “efecto del observador o espectador”.
Dicho efecto afirma que la probabilidad de que una persona ayude es menor
cuántas más personas haya observando una situación de emergencia y el tiempo
que trascurre hasta que alguna persona decide ayudar aumenta conforme hay más
espectadores.
Se establece que el contacto físico influye en la generación de la
conducta pro social a partir de un toque ligero y casual que brinda el
experimentador, a partir de estos datos se puso a prueba la hipótesis las
cuales contenían la relación entre las variables contacto físico y conducta pro
social.
OBJETIVOS
Objetivo General:
Determinar
la relación entre el contacto físico y la conducta prosocial
Objetivos Específicos:
- Identificar las respuestas positivas que
genera el contacto físico del experimentador en los sujetos.
- Identificar las respuestas negativas que
genera el contacto físico del experimentador en los sujetos.
- Determinar
la media de la variable contacto-no contacto físico de los/as
participantes.
- Establecer
si existen diferencias significativas en el grupo experimental y el grupo
control.
MATERIALES Y MÉTODOS
El
diseño que se empleo en la presente investigación fue experimental de dos
grupos aleatorizados con una medición posterior. Que consistió en establecer la
relación entre el contacto físico y la conducta prosocial. El estudio fue de
corte transversal. El análisis de tipo
cuantitativo y el método que se utilizó
fue Chi cuadrado. Para la
medición de los datos se utilizó el programa estadístico SPSS versión 11.5 (Sampieri,2001).
Los instrumentos empleados fueron una caja de bolígrafos
los cuales se utilizaron en el momento de medición de la conducta prosocial. Un
Cuestionario sobre la Contaminación Ambiental el cual fue utilizado como
distractor. Consta de siete preguntas básicas sobre el conocimiento de la
contaminación ambiental en Paraguay.
El
presente experimento empleó una condición de contacto físico y otra sin
contacto físico. Se aplicó una encuesta sobre contaminación ambiental a dos
grupos aleatorizados del sexto
curso de un colegio de Gran Asunción con el consentimiento previamente
autorizado. El experimentador entregó al participante un bolígrafo con el
cuestionario correspondiente, antes de empezar a completar el cuestionario, se
le aviso al sujeto que debía permanecer sentado. Después que el participante haya
completado el cuestionario, el experimentador -quien permaneció en la habitación todo el tiempo- caminó
hacia el sujeto sentado, recogió el cuestionario y le agradeció por su
participación, durante el cual el experimentador acompañó con una ligera
palmada en la parte superior del brazo, inmediatamente después de esto, el
experimentador dejó caer varios bolígrafos y se agachó rápidamente a
recogerlos. Si el participante se levanto a ayudar se le dio una puntuación de
2 o, si no lo hizo se le otorgó la puntuación de 1.
En el
transcurso de esta investigación se tuvo en cuenta los principios éticos
difundidos por la Asociación Psicológica Americana, (A.P.A 1982).
RESULTADOS
En la
etapa determinada para el análisis de datos, se estudiaron y analizaron la
comunicación de dichos datos de manera objetiva, sistemática y cuantitativa
(Berelson, 1952), también se establecieron inferencias válidas y confiables de
los datos con respecto a su contexto (Krippendorff, 1982).
Media de la variable contacto-no contacto
físico de los /as participantes por grupo (n = 30).
Se observa que
tanto el grupo al que se le aplicó el contacto físico (experimental), como al
que no se le aplicó (control) estuvieron conformados por 15 participantes, en
donde la media de la variable fue de 1 (valor asignado a la situación de
contacto-no contacto).
Prueba T de muestras independientes de ambos grupos (n = 30).
La
aplicación de la prueba t, tuvo un resultado de 2,316 en donde se estableció
que la diferencia de las medias fue de 0,400 con un grado de significancia
bilateral de 0,028.
Contingencia del contacto físico * Conducta pro social
La cantidad total de participantes
del experimento fue de 30 sujetos, de
los cuáles 15 pertenecieron al grupo de personas a las que se les aplicó el
contacto físico (experimental) y 15 estuvieron el grupo al que no se aplicó el
contacto físico (control).
Los
resultados revelaron que el 27 % de las personas a quienes se les aplicó el
contacto físico no aplicaron la conducta pro social, es decir, no ayudaron al
investigador. En comparación al 73% de los participantes del grupo experimental
que sí aplicaron la conducta pro social. Por otro lado el grupo de personas que
no recibieron el contacto físico (control) se encuentra que 67% no efectuaron
la conducta de ayuda mientras que el 33% aplicó la conducta pro social.
Esto
hace un total del 47% que no atribuyó la conducta pro social en ambos grupos, y
un 53% que atribuyó la conducta pro social en el grupo experimental y control.
Pruebas
de chi-cuadrado
Los resultados arrojados por la
prueba chi-cuadrado de Pearson establecieron un valor de 4,821(b) la cual no
resultó significativa, con 1 grado de libertad, asociado a una probabilidad de
significación bilateral de 0,028.
5.
DISCUSIÓN
Los
resultados que se obtuvieron en la investigación confirman que el comportamiento de ayuda de
los participantes hacia el experimentador se incrementó con la utilización del
contacto físico aplicado en la parte superior del brazo. Dicha afirmación
concuerda con el objetivo general de
determinar la influencia del contacto físico en la generación de la
conducta pro social.
A
partir de estos hallazgos se rechaza la hipótesis nula. Y se acepta como
probablemente válida la hipótesis de investigación la cual establece que el
contacto físico es un factor influyente a la hora de generar la conducta pro
social. De esta manera se asume que si
un grupo de sujetos es expuesto al contacto físico casual, entonces, a la hora
que una persona necesite ayuda, como consecuencia manifestará la conducta pro
social.
Se
destaca la relación existente entre el contacto físico y el comportamiento
prosocial ya que resulta de suma importancia a la hora del desarrollo
emocional, social y físico (Harlow, 1983). Es necesario hacer hincapié que de acuerdo con Bibb Latané y Jhon Darley se establece que en ocasiones se ayuda a las personas y otras no,
dependiendo del contexto donde se
produce una emergencia lo cual influye en la interpretación que se hace la
misma (Bibb Latané y Jhon Darley 1970). En la investigación realizada se pudo
establecer el control adecuado sobre el ambiente, y se atribuyó claramente un
contexto en el cual se brindaron todas las comodidades posibles a los
participantes, por lo cual se infiere que las personas a quienes se les aplicó
el contacto físico y no efectuaron la conducta de ayuda actuaron de ese modo
debido a cusas internas y no externas.
La edad en la que se encontraron los
participantes incide de forma directa en los resultados, ya que está ligada a
una amenaza de validez interna; la maduración. Major, Schmidlin y Williams
(1990) estudiaron el impacto de la edad de los participantes. El rango de edad
establecida fue de 16 a 18 años, existe la probabilidad de que los
participantes de menor edad en ese rango no hayan tenido la maduración
suficiente para responder a la conducta de ayuda.
Cabe establecer que el lugar donde se
produce el toque y la intensidad del mismo es de suma importancia en la
respuesta de ayuda. Nguyen, Heslin y Nguyen (1975) analizaron cómo se
interpretaban los diferentes tipos de contacto físico y zonas corporales en
hombres y mujeres. El hecho de que el toque sea casual, ligero, y que a la vez
sea en una zona corporal en la cual no se produzcan malas interpretaciones establecen
las condiciones necesarias para que se dé una correcta interpretación y
asociación a la hora de generar la conducta pro social.
Otro punto a tener en cuenta es el
estado anímico de las personas en el momento de decidir si van a ayudar a una
persona o no. Las personas que están de buen humor tienden ayudar más que
aquellas que no lo están (Isen, 1970; Isen y Levin, 1972; Isen, Clark y
Schwartz, 1976; Underwood et al., 1977).Aunque no se estableció la relación
correspondiente entre la variable de estado de ánimo y la generación de la
conducta de ayuda en esta investigación, ésta podría ser una variable de
interés en experimentos a realizarse más adelante.
Considerando todos los aspectos que hacen alusión al
contacto físico y la respuesta de ayuda, se espera que cada vez se generen más
investigaciones sobre las diferentes variables de las cuales podría depender la
conducta pro social.
6.
CONCLUSIONES
Y RECOMENDACIONES
Por medio de la investigación realizada se concluye
que el contacto físico de forma casual y ligera influye en la respuesta de la
conducta de ayuda, denominada conducta pro social. Existen varios factores que
deben controlarse para que se generen los datos adecuados al diseño que se
planteó.
En las personas que recibieron contacto físico y no
efectuaron la conducta pro social pudo haberse debido por amenazas de validez
interna como la maduración o historia de vida.
Se recomienda el control de todas las variables
externas como sean posibles para que los resultados de la investigación sean
confiables.
Para próximas investigaciones se recomienda tener en
cuenta otros factores que afectan a la conducta pro social, como el sexo del
experimentador, o el estado de ánimo de los participantes.
BIBLIOGRAFÍA
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Social
RESUMEN
El estudio tuvo como propósito establecer la
relación entre el contacto físico y la conducta prosocial. Se estudió la
incidencia del contacto-no contacto físico en un contexto de interacción
verbal, se utilizó un diseño experimental de dos grupos aleatorizados, en donde
la variable dependiente fue la conducta prosocial y la variable independiente
el contacto físico. La muestra estuvo compuesta por alumnos del sexto curso de un
colegio de gran Asunción y el muestreo fue probabilístico aleatorio simple. Los
instrumentos utilizados fueron una caja de bolígrafos y un cuestionario sobre
la Contaminación Ambiental. Los datos
fueron de análisis cuantitativo y analizados a través de la prueba estadística
Chi cuadrado, se utilizó el programa estadístico SPSS versión 15.
Se comparó los efectos de
la variable de contacto físico con la conducta pro social, obteniéndose como
resultado una t = 4,821 (gl= 1, p<0 span="">028) que llevó a aceptar la
hipótesis de investigación. 0>
Palabras Clave: contacto físico, no contacto físico,
conducta prosocial.
- INTRODUCCIÓN
A veces ayudamos a las personas y otras veces no,
Según Bibb Latané y Jhon Darley (1970) consideran que cuando una persona es
testigo de una situación de emergencia, llevar a cabo una conducta de ayuda
depende de una serie de decisiones. El contexto donde se produce una emergencia
influye en la interpretación que se hace la misma. Las personas tienden a
interpretar las situaciones de tal manera que no requiera su intervención o
ayuda. La decisión de intervenir en una situación de emergencia viene
determinada por la percepción de la persona, esto es, que se perciba como una verdadera
emergencia. No obstante, esta es una condición necesaria pero no suficiente,
además de percibir la situación como verdadera emergencia, deberemos considerar
que es nuestra la responsabilidad de ayudar.
Esta decisión de asumir la responsabilidad viene
determinada por el número de testigos que se hayan presentes, a medida que
aumentan los testigos disminuye la percepción de responsabilidad (difusión de la
responsabilidad o efecto espectador). Se entiende por conducta prosocial
toda conducta social positiva con o sin motivación altruista. Positiva
significa que no daña, que no es agresiva. A su vez se entiende por motivación
altruista el deseo de favorecer al otro con independencia del propio beneficio.
Por el contrario, la motivación no altruista es aquella que espera o desea un
beneficio propio además del, o por encima del, ajeno. Como se ve, la definición
incluye un aspecto conductual (alude a conductas) y otro motivacional (González
M, Conducta pro social), es un hecho social y, por tanto, debería ser estudiada
teniendo en cuenta el contexto interpersonal en el que se desarrolla
(Sánchez-Queija, Oliva y Parra 2006). Por otro lado las personas ofrecen
su ayuda no a todas las personas por igual. Los amigos ayudan más rápidamente
que los que no lo son. En un trabajo de Tesser y Smith (1980) mostraron que si
ayudar era meterse en problemas, es menos probable recibir ayuda de un amigo
que de un desconocido. Goodstadt (1971)
se demotró como se ayuda más a las personas que les resultan agradables frente aquellas
que no lo son.
El
estudio de la conducta prosocial, comienza con el trabajo de Rossenthal (1964)
y el caso Kitty Genovese. El 13 de marzo de 1964 la joven trabajadora
Catherine Kitty Genovese
fue asesinada al lado de su residencia en Nueva York. Un crimen bastante
rutinario, si no fuera porque el asesinato duró más de media hora. Kitty
gritaba y pedía ayuda, mientras se movía apuñalada de una puerta a la otra, y
el asesino volvía una y otra vez hasta que la violó y le dio el golpe final,
todo ante la vista de treinta y cinco vecinos que observaban por la ventana.
Finalmente los gritos de Kitty no fueron respondidos por nadie.
Darley y Latané empezaron a estudiar situaciones de emergencia a partir de los años 60, descubriendo así, el “efecto del observador o espectador”. Dicho efecto afirma que la probabilidad de que una persona ayude es menor cuántas más personas haya observando una situación de emergencia y el tiempo que trascurre hasta que alguna persona decide ayudar aumenta conforme hay más espectadores.
Se establece que el contacto físico influye en la generación de la
conducta pro social a partir de un toque ligero y casual que brinda el
experimentador, a partir de estos datos se puso a prueba la hipótesis las
cuales contenían la relación entre las variables contacto físico y conducta pro
social.
OBJETIVOS
Objetivo General:
Determinar
la relación entre el contacto físico y la conducta prosocial
Objetivos Específicos:
- Identificar las respuestas positivas que genera el contacto físico del experimentador en los sujetos.
- Identificar las respuestas negativas que genera el contacto físico del experimentador en los sujetos.
- Determinar la media de la variable contacto-no contacto físico de los/as participantes.
- Establecer si existen diferencias significativas en el grupo experimental y el grupo control.
MATERIALES Y MÉTODOS
El
diseño que se empleo en la presente investigación fue experimental de dos
grupos aleatorizados con una medición posterior. Que consistió en establecer la
relación entre el contacto físico y la conducta prosocial. El estudio fue de
corte transversal. El análisis de tipo
cuantitativo y el método que se utilizó
fue Chi cuadrado. Para la
medición de los datos se utilizó el programa estadístico SPSS versión 11.5 (Sampieri,2001).
Los instrumentos empleados fueron una caja de bolígrafos
los cuales se utilizaron en el momento de medición de la conducta prosocial. Un
Cuestionario sobre la Contaminación Ambiental el cual fue utilizado como
distractor. Consta de siete preguntas básicas sobre el conocimiento de la
contaminación ambiental en Paraguay.
El
presente experimento empleó una condición de contacto físico y otra sin
contacto físico. Se aplicó una encuesta sobre contaminación ambiental a dos
grupos aleatorizados del sexto
curso de un colegio de Gran Asunción con el consentimiento previamente
autorizado. El experimentador entregó al participante un bolígrafo con el
cuestionario correspondiente, antes de empezar a completar el cuestionario, se
le aviso al sujeto que debía permanecer sentado. Después que el participante haya
completado el cuestionario, el experimentador -quien permaneció en la habitación todo el tiempo- caminó
hacia el sujeto sentado, recogió el cuestionario y le agradeció por su
participación, durante el cual el experimentador acompañó con una ligera
palmada en la parte superior del brazo, inmediatamente después de esto, el
experimentador dejó caer varios bolígrafos y se agachó rápidamente a
recogerlos. Si el participante se levanto a ayudar se le dio una puntuación de
2 o, si no lo hizo se le otorgó la puntuación de 1.
En el
transcurso de esta investigación se tuvo en cuenta los principios éticos
difundidos por la Asociación Psicológica Americana, (A.P.A 1982).
RESULTADOS
En la
etapa determinada para el análisis de datos, se estudiaron y analizaron la
comunicación de dichos datos de manera objetiva, sistemática y cuantitativa
(Berelson, 1952), también se establecieron inferencias válidas y confiables de
los datos con respecto a su contexto (Krippendorff, 1982).
Media de la variable contacto-no contacto
físico de los /as participantes por grupo (n = 30).
Se observa que
tanto el grupo al que se le aplicó el contacto físico (experimental), como al
que no se le aplicó (control) estuvieron conformados por 15 participantes, en
donde la media de la variable fue de 1 (valor asignado a la situación de
contacto-no contacto).
Prueba T de muestras independientes de ambos grupos (n = 30).
La
aplicación de la prueba t, tuvo un resultado de 2,316 en donde se estableció
que la diferencia de las medias fue de 0,400 con un grado de significancia
bilateral de 0,028.
Contingencia del contacto físico * Conducta pro social
La cantidad total de participantes
del experimento fue de 30 sujetos, de
los cuáles 15 pertenecieron al grupo de personas a las que se les aplicó el
contacto físico (experimental) y 15 estuvieron el grupo al que no se aplicó el
contacto físico (control).
Los
resultados revelaron que el 27 % de las personas a quienes se les aplicó el
contacto físico no aplicaron la conducta pro social, es decir, no ayudaron al
investigador. En comparación al 73% de los participantes del grupo experimental
que sí aplicaron la conducta pro social. Por otro lado el grupo de personas que
no recibieron el contacto físico (control) se encuentra que 67% no efectuaron
la conducta de ayuda mientras que el 33% aplicó la conducta pro social.
Esto
hace un total del 47% que no atribuyó la conducta pro social en ambos grupos, y
un 53% que atribuyó la conducta pro social en el grupo experimental y control.
Pruebas de chi-cuadrado
Los resultados arrojados por la
prueba chi-cuadrado de Pearson establecieron un valor de 4,821(b) la cual no
resultó significativa, con 1 grado de libertad, asociado a una probabilidad de
significación bilateral de 0,028.
5.
DISCUSIÓN
Los
resultados que se obtuvieron en la investigación confirman que el comportamiento de ayuda de
los participantes hacia el experimentador se incrementó con la utilización del
contacto físico aplicado en la parte superior del brazo. Dicha afirmación
concuerda con el objetivo general de
determinar la influencia del contacto físico en la generación de la
conducta pro social.
A
partir de estos hallazgos se rechaza la hipótesis nula. Y se acepta como
probablemente válida la hipótesis de investigación la cual establece que el
contacto físico es un factor influyente a la hora de generar la conducta pro
social. De esta manera se asume que si
un grupo de sujetos es expuesto al contacto físico casual, entonces, a la hora
que una persona necesite ayuda, como consecuencia manifestará la conducta pro
social.
Se
destaca la relación existente entre el contacto físico y el comportamiento
prosocial ya que resulta de suma importancia a la hora del desarrollo
emocional, social y físico (Harlow, 1983). Es necesario hacer hincapié que de acuerdo con Bibb Latané y Jhon Darley se establece que en ocasiones se ayuda a las personas y otras no,
dependiendo del contexto donde se
produce una emergencia lo cual influye en la interpretación que se hace la
misma (Bibb Latané y Jhon Darley 1970). En la investigación realizada se pudo
establecer el control adecuado sobre el ambiente, y se atribuyó claramente un
contexto en el cual se brindaron todas las comodidades posibles a los
participantes, por lo cual se infiere que las personas a quienes se les aplicó
el contacto físico y no efectuaron la conducta de ayuda actuaron de ese modo
debido a cusas internas y no externas.
La edad en la que se encontraron los
participantes incide de forma directa en los resultados, ya que está ligada a
una amenaza de validez interna; la maduración. Major, Schmidlin y Williams
(1990) estudiaron el impacto de la edad de los participantes. El rango de edad
establecida fue de 16 a 18 años, existe la probabilidad de que los
participantes de menor edad en ese rango no hayan tenido la maduración
suficiente para responder a la conducta de ayuda.
Cabe establecer que el lugar donde se
produce el toque y la intensidad del mismo es de suma importancia en la
respuesta de ayuda. Nguyen, Heslin y Nguyen (1975) analizaron cómo se
interpretaban los diferentes tipos de contacto físico y zonas corporales en
hombres y mujeres. El hecho de que el toque sea casual, ligero, y que a la vez
sea en una zona corporal en la cual no se produzcan malas interpretaciones establecen
las condiciones necesarias para que se dé una correcta interpretación y
asociación a la hora de generar la conducta pro social.
Otro punto a tener en cuenta es el
estado anímico de las personas en el momento de decidir si van a ayudar a una
persona o no. Las personas que están de buen humor tienden ayudar más que
aquellas que no lo están (Isen, 1970; Isen y Levin, 1972; Isen, Clark y
Schwartz, 1976; Underwood et al., 1977).Aunque no se estableció la relación
correspondiente entre la variable de estado de ánimo y la generación de la
conducta de ayuda en esta investigación, ésta podría ser una variable de
interés en experimentos a realizarse más adelante.
Considerando todos los aspectos que hacen alusión al
contacto físico y la respuesta de ayuda, se espera que cada vez se generen más
investigaciones sobre las diferentes variables de las cuales podría depender la
conducta pro social.
6.
CONCLUSIONES
Y RECOMENDACIONES
Por medio de la investigación realizada se concluye
que el contacto físico de forma casual y ligera influye en la respuesta de la
conducta de ayuda, denominada conducta pro social. Existen varios factores que
deben controlarse para que se generen los datos adecuados al diseño que se
planteó.
En las personas que recibieron contacto físico y no
efectuaron la conducta pro social pudo haberse debido por amenazas de validez
interna como la maduración o historia de vida.
Se recomienda el control de todas las variables
externas como sean posibles para que los resultados de la investigación sean
confiables.
Para próximas investigaciones se recomienda tener en
cuenta otros factores que afectan a la conducta pro social, como el sexo del
experimentador, o el estado de ánimo de los participantes.
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